
HUAUTLA
Montaña
TEMPORADA 3
Huautla de Jiménez, Oaxaca
Cuándo: mayo 2016 - julio 2017
Etapa: aprendizaje
Reto: mental
Planta: hongos
Dieciocho años después de vivir en Chiapas y el desierto, la decisión de irme un tiempo a la montaña surgió de un simple: “Porque puedo”. Además, llevaba un buen rato de hurgar en mi inconsciente a través de terapias y ceremonias con plantas de poder; decidí cambiar de giro laboral, terminé una relación -que luego recuperé-, y de plano, ya me urgía salir de la ciudad.
Básicamente, el reto era llevar a lo más profundo mi trabajo sicológico, bajo toda una metodología para el viaje interno, y sumar a mis técnicas terapéuticas algunas artes de la medicina tradicional. Mi M. (de Maestro) y amigo Hugo me introdujo al trabajo de sanación con los honguitos, me contó sobre la tradición iniciática mazateca de comerlos en días alternados y me presentó a un curandero de su familia, quien aceptó guiarme en su uso.
Pero el sabio ancianito, murió la noche anterior a mi llegada. Cruzar este umbral significó una semana de buscar a otros curanderos entre la sierra alrededor de Huautla, hasta que la sincronía nos llevó a la comunidad de Agua de Gancho con mi M. Aurora, quien aceptó ser mi aval en la tradición… ¡A sus 103 años de edad!
Así fueron apareciendo nuevos aliados que, al igual que las crisis cotidianas, eran reflejo de los procesos de mi auto descubrimiento: la familia de Hugo, un niño y una mujer sin hogar, un exmiembro de culto satánico, curanderos tradicionales y psiconautas extranjeros; también pasé por problemas de vivienda, un dolor de muela inmune a la endodoncia, una gran sensación de soledad, agotamiento mental y un miedo humillante a desarrollar mi potencial.
Sin embargo, hubo regalos cargados de simbolismo. En el segundo semestre del año tuve dos relaciones breves, pero mágicas, con poderosas sanadoras que me ayudaron a limpiar y curar mi corazón, respectivamente, de toda una vida de analfabetismo emocional. Regresé a casa, luego de un mes de merecida vacación en playa Mazunte y justo antes del terremoto de 2017, para poner en práctica los dones de Sanador que me otorgó el M. Ndi xitjo (el espíritu en los hongos).
En esta Temporada te cuento sobre el trabajo más intenso de mi vida. De la enseñanza para darme cuenta que soy Voluntad, y no mi mente ni mis emociones; sobre las prácticas que hice en mis viajes para meditar, conectar con lo intangible y abrir mi perspectiva para la auto sanación; y de cómo descubrí al fin, en la vocación de servicio, mi estilo y motor de vida.

METODOLOGÍA PSICONÁUTICA

CEREMONIAS CON HONGUITOS
Descubrir que las plantas mágicas se usan en el plano terapéutico y ceremonial fue toda una revelación de mi imagen creada entre su ilegalidad prejuiciosa y la psicodelia lúdica. Me hizo darles dimensión, pues. Ahora que hasta se van poniendo de moda, quiero ofrecer algún indicio en mi experiencia sobre ese potencial sanador y algunos cuidados chamánicos.

DE INDIGENTES...Y LOCOS
Algo apesta en mi reacción instintiva hacia la indigencia demencial. No es lo evidente de lo insalubre, sino lo que me refleja. Así se representa mi lado oscuro proyectado por mi inconsciente a través de sueños, viajes de hongos, coincidencias simbólicas y respuestas muy emocionales. Comparto unos detalles para sacarlos a orear.



TRABAJAR CONMIGO
Mi mamá me llamaba “ajonjolí de todos los moles” cuando no me veía en casa por andar en varios proyectos escolares, si no es que también aludía a mi dispersión en gustos y talentos sin explotar. Buscar lo mío se volvió todo un Trabajo de vida que sólo prosperó al dar atención a mis emociones y asumirlas con responsabilidad.

LUGAR DE RITUAL
Para algunas culturas y personas, la vida es un ritual. Lo sigue siendo entre pueblos originarios y en la tradición judía, por ejemplo, sin implicar ningún tipo de comportamiento fanático. Ahora comprendo mejor la idea, pero rezar, meditar o prender inciensos fue objeto de mi rebeldía juvenil contra lo protocolario, seguir instrucciones y mi vago concepto de espiritualidad.

SER VOLUNTAD
En mi bitácora psiconáutica hay temas recurrentes por mis pedos psicológicos, pero otros parecen surgir de alguna sabiduría interna o hasta del mismo enteógeno. Mi concepto de Voluntad no se sustenta en lo filosófico o como cualidad de la personalidad, tanto como en esos paquetes de enseñanza etérea recibidos cuando se viaja al mundo sobrenatural del inconsciente.

BUSCAR CURANDEROS
Este post comienza en la introducción de la Temporada y se trata de su tercer párrafo: el umbral a un viaje de aprendizaje interno. Disculpa por saltarme el contexto y los detalles previos de toda una labor de sanar, con la simple invitación de unos links. Aquí te cuento sólo ese paso inicial del miedo por quedarme sin guía al consuelo de verme como mi propio maestro.

RECIBIR REGALOS
Entre esas cosas simples que no deberían costarnos trabajo como decir “te amo”, dar un abrazo, pedir ayuda o disculpas, yo tuve que aprender a recibir. Me di cuenta tiempo atrás y sigo atento a mis reacciones mecánicas, pero me hice más consciente del tema en Huautla y en mis viajes con honguitos, de donde obtuve regalos de tres tipos: Físicos, simbólicos y funcionales (mis dones de sanador).

MIS MAESTROS AURORA Y HUGO
Siento a Aurora y a Hugo como mi abuelita y un gran amigo, pero les llamo M. por ofrecerme conocimiento y aval entre los sanadores mazatecos -chinej, gente sabia-. Para mí, sus enseñanzas son de tierra y agua, dieron rumbo a mi camino en tradición y fluidez, sus métodos aplican en esfuerzo y emotividad, aunque si hablo de ambos a la par, es por cuánto complementan la misma dualidad de su medicina, los hongos ndi xitjo -pequeños que brotan-.

CHISME EN HUAUTLA

Los curanderos mazatecos suelen hacer amuletos protectores contra el daño de la palabra falsa -én ndiso- y otras vibras. No me extraña que se usen todavía en la ciudad de Huautla en donde percibí, más que en otros lugares, esa costumbre tan humana como creativa de hablar supuestos de los demás, o mejor aún, sobre los inmigrantes entrometidos en sus tradiciones. ¡Afortunadamente, llevaba mi pulserita roja pa’l mal de ojo!

LAS LIMPIAS
En mi contexto fresón citadino, “hacerse una limpia” me parecía sólo una curiosidad entre nuestras tradiciones que apenas veía en películas de brujas o como oferta turística en el zócalo. Pero jamás las consideré una superstición; luego comprobé la realidad de su efecto y ahora puedo integrarlas a mis terapias -si viene al caso-, así como afirmar que la limpia, en realidad, se la hace uno mismo.

NO HAY MAL VIAJE
El título propone polémica en quien consume y cierto alivio a la curiosidad del fresa. Sin embargo, el temor común a que una droga te haga sentir mal, ver cosas feas o cometer idioteces, es justificado. He vivido y sido testigo de viajes desde incómodos hasta terribles, que me ayudaron a entender ese miedo cuando se enfoca en los riesgos, al acto estúpido como algo reprimido y a las visiones tremendas en función de lo que enseñan. En todo caso, lo malo es la sensación, no el efecto.

LOS BRUJOS
“¿Te vas a hacer chamán?”, me preguntaron algunas veces antes de irme a vivir a Huautla. La verdad, el término me incomoda porque se usa de forma tan genérica como en México al llamarle bruja(o) a cualquiera que haga “cosas raras”. Mi idea era aprender de los curanderos tradicionales y echarme un clavado al inconsciente, pero al unirlo encontré una explicación racional y sensible para definir mejor ese tipo de cosas… y a mí mismo como un sanador.

ENCONTRAR VIVIENDA
Mi mamá me enseñó sobre la relación entre la casa y el cuerpo. Quizá por eso, al llegar a vivir a un nuevo lugar, primero buscaba un departamento sencillo y una buena comida corrida antes que un trabajo. Nunca le di mayor atención al tema y en Huautla todo resultó distinto, pero allá entendí que, además de proyecciones psicológicas o simbólicas, se pueden crear vínculos con algunas moradas y encontrar reflejos de nuestros procesos cotidianos.

DOLOR DE MUELA
Durante mi tiempo en Huautla logré superar un dolor de muela inmune a la endodoncia y otros tratamientos, luego de acostumbrarme a masticar de un solo lado por unos cuatro años. Fue un tema particular de trabajo interno en varios de mis viajes con honguitos, para revelar la parte emocional detrás del problema. Este post es un caso personal de sanación a través de métodos alternativos y de cuando un libro nos “llega por algo”.

EL HONGUITO HABLA
El viaje con psilocibina puede sacar algo de luz entre la oscuridad; da certidumbre sobre algunas cosas, sin revelar cada secreto. De pronto se pone enigmático, y por eso sorprende o cuesta trabajo recordarlo. Pero a veces, el espíritu Maestro en los honguitos enteógenos ofrece mensajes claros, de esos que no sólo transforman la percepción, sino toda una perspectiva, durante su mágico efecto de ilusionismo.

CHIKÓN TOKOSHO
En mi credo personal caben muchas posibilidades. Me disculpo por plantear algunas como afirmaciones. Ya sea en actitud juguetona o por ganas de expandir mi percepción del mundo, no veo problema en dar nombre o personalidad a las cosas, ni en creer que Huautla tiene un espíritu protector, si así lo dicen los pobladores bajo sus propias reservas. Yo logré percibirlo; aunque, obvio, en eso influyen los honguitos y mi deseo por conectar con la tierra.

VICTORIA Y LUIS

Gracias a un proyecto universitario, una chica fresa descubrió consternada que los niños de la calle en verdad viven solos en las calles, y muchos lo eligen en vez de su entorno familiar. Yo, aunque soy hombre de casa con tendencia al encierro, entiendo bien a quienes prefieren pasarla afuera, e incluso, volverlo un modo de vida. La indigencia me cala en diferentes aspectos, varios de los cuales pude descubrir con más ligereza que la compañerita, gracias a dos increíbles personas en Huautla.

TRES MUJERES OBJETO
Tres mujeres son objeto de toda mi admiración y agradecimiento, por liberar las heridas de mi corazón. Trabajar la coraza que formé durante años en mis relaciones de pareja, fue de los principales motivos para ir a Huautla a explorarme en hongos. Su mágica sincronía femenina en este proceso, puso a prueba mis patrones, supuestos progresos, muchos de mis nudos y barreras inconscientes.

ESPEJO 3: APRENDER DEL CAMINO

Andar de mochilero por Europa durante un verano universitario, fue un detonador para mi instinto de búsqueda. Siempre me gustó ser pata de perro, pero con cautela de explorar demasiado lejos por temor a perderme o a no poder entenderme con la gente. Quiero narrar este viaje, no por presumirte un regalo de papá, sino por las curiosas experiencias en las que encuentro ciertos reflejos de mis viajes de hongos en Huautla.